Hoy en nuestro blog os hablamos de una disciplina útil para determinada parte de la población que sufre de patologías o lesiones articulares. No todas estas incapacidades pueden tratarse con natación terapéutica, pero la hidrocinesia sí puede resultar muy positiva si así lo recomienda el profesional encargado del tratamiento de estas lesiones.
Pero, ¿en qué consiste la natación terapéutica? Es un conjunto de actividades o ejercicios realizados en el agua y encaminados a la rehabilitación o compensación de determinadas dolencias articulares o lesiones. El agua es un medio adecuado para este tipo de actividades ya que implica una mayor resistencia, pero resulta muy difícil lesionarse. Además, los ejercicios en el agua favorecen la circulación y su práctica se puede adaptar a todas las edades (desde bebés hasta la Tercera Edad) y condiciones físicas.
La práctica de natación terapéutica es especialmente útil para personas con problemas de columna (como por ejemplo escoliosis, hernias o mala postura). Además, la hidrocinesia también puede resultar beneficiosa para aquellos que sufren artritis, artrosis u osteoporosis.
Eso sí, si siempre os recomendamos contar con el consejo de los profesionales. En esta ocasión, cuando hablamos del tratamiento de dolencias, mucho más. En primer lugar, resulta fundamental que el profesional de la medicina que esté tratando la dolencia prescriba la natación terapéutica o la acepte como parte del tratamiento. Una vez que se dé este paso, de nuevo será muy importante contar con la ayuda de un profesional formado, en esta ocasión del Fitness, para que desarrolle el entrenamiento a realizar y controle tanto la correcta realización de los ejercicios como el avance obtenido con los mismos.