Es saber común la importancia de mantener una buena postura corporal. Podríamos decir que desde pequeños nos inculcan esta recomendación. Sin embargo, parece que en muchas ocasiones esto se olvida, quizá porque no conocemos las consecuencias de una mala postura. Hoy en nuestro blog os hablamos de estas consecuencias y os proponemos diferentes actividades físicas que ayudarán a mejorar la postura corporal. Un paso importante y no solo a nivel estético
En primer lugar, comenzaremos dando algunas claves de en qué nos puede afectar una mala postura corporal:
- La más evidente es el dolor que puede generar el desarrollo de una mala postura. Este puede presentarse en toda la espalda. Tanto en la zona lumbar como en la central, cuello o trapecio. En este sentido, a nivel muscular, se pueden llegar a producir además contracturas y otras molestias.
- Además del dolor como tal, se pueden generar lesiones. Estas pueden presentarse tanto a la hora de hacer ejercicio físico (al sobrecargar zonas no deseadas), como mientras se mantiene la mala postura (principalmente por exceso de tensión en la zona cervical).
Sin embargo, corregir la postura corporal es posible en la mayoría de los casos. Eso sí, es importante trabajarlo antes de que sea irreversible.
Ejercicio físico para la postura corporal
En este sentido, la actividad física puede ser nuestra gran aliada. En los circuitos y rutinas en salas de entrenamiento existen diferentes ejercicios que te ayudarán a desarrollar la musculatura adecuada y a mejorar tu higiene postural. Si decides poner en práctica estos movimientos, como siempre te recomendamos consultar al profesional Fitness que se encuentre en la sala, que podrá evaluar tus características específicas y plantear una rutina en función de las mismas.
Pero además, hay algunas actividades con importantes beneficios sobre la mejora de la postura corporal. Es el caso de, por ejemplo, el método Pilates y el Yoga.
Así, el Pilates trabaja el desarrollo de músculos internos y externos fundamentales para fortalecer la zona de la columna y mejorar la postura corporal. Además, con su práctica se adquiere flexibilidad y se toma conciencia de nuestro cuerpo en conjunto. Ambos factores importantes para la corrección.
Por otra parte, determinadas posturas –o asanas- de Yoga pueden suponer una corrección tanto de la postura de los hombros como de la curvatura de espalda. Realizadas con disciplina y constancia supondrán una mejora palpable. En estos casos, la mejor manera de llevarlas a cabo de manera correcta es contando con un profesional formado en esta disciplina, que enseñe su ejecución y corrija todos los errores para alcanzar los mejores resultados.