Si realizas actividad física o llevas a cabo rutinas de entrenamiento, seguro que conoces la importancia de los descansos. Y, probablemente, hayas oído hablar del descanso activo. Pero, ¿sabes en qué consiste?
Mientras que el descanso total consiste en parar completamente la actividad y no realizar ningún tipo de ejercicio los días que no entrenamos, con el descanso activo nos mantenemos en movimiento ¿Ejercitarnos mientras descansamos? Sí, en eso consiste el descanso activo.
Eso sí, el ejercicio realizado no es, ni en intensidad ni en esfuerzo, el mismo que llevamos a cabo durante los días de entrenamiento. Durante los días de descanso activo realizaremos actividades a una intensidad mucho menor (caminar, una carrera ligera, dar una vuelta en bici…). Con estas actividades aumentaremos el riego sanguíneo y aportaremos oxígeno a los músculos, ambos estrechamente relacionados con la recuperación muscular. También puedes realizar un descanso activo, bajando tu frecuencia de entrenamiento o disminuyendo los porcentajes de las cargas que usas, de esta manera tus articulaciones también gozaran de un merecido descanso.
Por tanto, tras un día de entrenamiento o actividad física intensos en los que hemos expuesto a nuestros músculos a un esfuerzo, el descanso activo es más beneficioso para una recuperación muscular más rápida que el descanso total.
Eso sí, como siempre os recomendamos, antes de planificar vosotros mismos vuestros descansos activos, si estáis empezando siempre es mucho más recomendable dejaros aconsejar por un profesional, que os guíe en estas actividades.